CUENTO VIAJERO FEBRERO

febrero 19, 2008

EL ELEFANTE DEL CIRCO

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que mas me gustaba de los circos eran los animales.

También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal… pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de tajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, pregunté a algún maestro, a mi padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia: «Si esta amaestrado, ¿por qué lo encadenan?

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca… y solo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que por suerte para mi alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: «El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño».

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo.

La estaca era ciertamente muy fuerte para él… juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que seguía…hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal acepto su impotencia y se resigno a su destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque CREE QUE NO PUEDE. Tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás… Jamás intentó poner a prueba su fuerza otra vez…

CUENTO VIAJERO FEBRERO

Novedades en Biblioteca

febrero 11, 2008

 


 

BIBLIOTECA COLEGIO THEODORO HERTZL

BOLETÍN DE NOVEDADES

ENERO DE 2008

 

 

 

Centro de Información de Israel (2002). ¿Que vino antes, el terrorismo o la ocupación? Jerusalén: Centro de Información de Israel, 2002. 16 p.

 

Palabras claves: Conflicto árabe israelí, Intifada Palestina, Terrorismo árabe, Terrorismo palestino. 

 

Centro de Información de Israel (2006). Facts about Israel, Jerusalén: Israel Information Center, 2006. 274 p.

 

Palabras claves: Israel-Información General; Israel-Estadísticas; Israel-Historia

 

Centro de Información de Israel (2005). Tierra de promisión, Jerusalén: Israel Information Center, 2005, 71 p.

 

Palabras claves: Israel-Historia

 

Centro de Información de Israel (2004). Una mirada sobre Israel. Jerusalén: Centro de Información de Israel, 2004. 49 p.

 

Palabras Claves: Israel-geografía, Israel-datos estadísticos, Israel-Ciencia y tecnología.

 

Centro de Información y documentación sobre Israel para América Latina (2007). Pop corn: cine e industria cinematográfica en Israelí. Buenos Aires: Ariel, 2007. 32 p.

 

Palabras claves: Cine-Israel

 

Cidipal (2007). Terrorismo: silencio, mentiras, dinero. Buenos Aires: CIDIPAL, 2007

 

Palabras claves: Conflicto árabe-israelí, Terrorismo, Oriente medio-conflicto armado

 

Ministerio de Educación Nacional (2006). Catorce maneras de desarrollar pensamiento científico. Bogotá: Ministerio de Educación Nacional, 2006. 119 p.

 

Palabras claves: Ciencias naturales – enseñanza; Experiencias educativas.

 

Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel (2007). Encuentros: la paradoja vernácula de la arquitectura israelí. Jerusalén: Ministerio de Relaciones Exteriores, 2007. 32 p.

 

 Palabras claves: Israel-Arquitectura.

 

 

Vergnaud, Gerard (1997). El niño, las matemáticas y la realidad : problemas de la enseñanza de las matemáticas en la escuela primaria. México : Trillas, 1997. 275 p.

 

Palabras claves: Educación primaria; Matemáticas – enseñanza primaria

 

Revista

Economía y negocios en Israel y medio oriente: Tierra santa hacia la era de la paz/ Grupo Editorial Aurora/ No 10 de octubre, 2007. Jerusalén: Editorial Aurora. 22 p.

 

Palabras claves: Israel-Turismo; Turismo religioso; Cristianismo y arqueologia

 

 

 

 

HUELLAS LITERARIAS

enero 25, 2008

Manolo Chinato es un poeta español, nacido el 31 de diciembre de 1952 en Puerto de Béjar (Salamanca). Sus poesías tratan principalmente temas bucólicos, sentimentales y sociales y parte de su obra ha sido publicada en un libro titulado Amor, rebeldía, libertad y sangre.

Juguete de Amor

Anoche pasé frío y me desenamoré un poco.
Anoche pasé frío y fui poeta.
Anoche, mientras mi carne se helaba
y mi alma en mi cuerpo se escondía,
vi como mi amor para ti
era un juguete pasado ya de moda que ya nada valía.
Cualquier amanecer echarán
al viejo juguete de mi amor a un carro de basura,
y alejándose en la amarga soledad
oirá al carretero dar palos a su mula
que todo se lo da por un poco de paja
y, a veces, pocas uvas.

Y estaré allí donde ya nada vale nada
hasta que algún día una dulce gitanilla,
con mocos y pecas en la cara,
limpie con su manga grasienta
la suciedad que la sociedad pegó a mi alma;
y volveré a ser un juguete reluciente de amor y de alegria

 

Viento (Déjame ir contigo)

Soy igual que tú eres, viento.
Me pienso, me sublevo.
Acaricio montañas llenas de aromas y sueños,
de niños, de ciervos…
Barro dictaduras y amo la paz y el sosiego

y detrás de mí, soplo de viento,
vienes tú conmigo pa’ meterles miedo.
Y pa’ los labriegos y los ganaderos
vienes tú conmigo pa` acariciar sus sueños
y darles el agua que estaban pidiendo
a dioses confusos… a dioses sin cielo.

Déjame ir contigo rebelde y risueño.
Déjame ir contigo, libre como el viento.
Déjame ir contigo que en tí están mis sueños.
Déjame ir contigo…
o se irá mi sueño.


CUENTO VIAJERO Enero 2008

enero 23, 2008

¿DÓNDE ESTÁ LA FELICIDAD?

En cierta ocasión se reunieron todos los dioses y decidieron crear al hombre y la mujer; planearon hacerlos a su imagen y semejanza, entonces uno de ellos dijo: “Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra, debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no ser así, estaremos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, ¿pero que les quitamos?”

Después de mucho pensar uno de ellos dijo: “Ya sé, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser donde esconderla para que no la encuentren jamás”.

Propuso el primero “Vamos a esconderla en la cima del monte mas alto del mundo”. A lo que inmediatamente repuso otro: “No, recuerda que les dimos fuerza; alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está”.

Luego propuso otro: “Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar”. Y otro contestó: “No, recuerda que les dimos inteligencia; alguna vez alguien va construir una esquina por la que pueda entrar y bajar y entonces la encontrara”.

Uno más dijo: “Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra”. Y le dijeron: “No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien va construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a nosotros”.

El ultimo de ellos, era un dios que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizó en silencio cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo: “Creo saber a donde ponerla para que realmente nunca la encuentren”. Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono: “¿Dónde?”. “La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán”. Todos estuvieron de acuerdo. Desde entonces ha sido así: El hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo…

enero-2008.doc

Cuento viajero noviembre

noviembre 19, 2007

CUENTO PARA PENSAR

Jorge Bucay

En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Eliahu de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras.

Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Eliahu transpirando, mientras parecía cavar en la arena.-Que tal anciano? La paz sea contigo.- Contigo -contestó Eliahu sin dejar su tarea.

-¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos?-Siembro -contestó el viejo.

-Qué siembras aquí, Eliahu?

-Dátiles -respondió Eliahu mientras señalaba a su alrededor el palmar.-¡Dátiles!! -repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez.-El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor.

– No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos…

-Dime, amigo: ¿cuántos años tienes?

-No sé… sesenta, setenta, ochenta, no sé.. lo he olvidado… pero eso, ¿qué importa?

-Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años en crecer y recién después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los ciento un años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.

-Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar esos dátiles. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto… y aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.

-Me has dado una gran lección, Eliahu, déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste – y diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero.

-Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tu me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. Parecía cierto y sin embargo, mira, todavía no termino de sembrar y ya coseché una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.

-Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran lección que me das hoy y es quizás más importante que la primera. Déjame pues que pague también esta lección con otra bolsa de monedas.

-Y a veces pasa esto -siguió el anciano y extendió la mano mirando las dos bolsas de monedas-: sembré para no cosechar y antes de terminar de sembrar ya coseché no solo una, sino dos veces.

-Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas tengo miedo de que no me alcance toda mi fortuna para pagarte…

CUENTO VIAJERO OCTUBRE

octubre 26, 2007

EL PICADOR DE PIEDRA

Por: Marc E. Boillat de Corgemont Sartorio

Cuenta la leyenda que un humilde picador de piedra vivía resignado en su pobreza, aunque siempre anhelaba con deseo convertirse en un hombre rico y poderoso. Un buen día expresó en voz alta su deseo y cuál fue su sorpresa cuando vio que éste se había hecho realidad: se había convertido en un rico mercader.

Esto le hizo muy feliz hasta el día que conoció a un hombre aún más rico y poderoso que él. Entonces pidió de nuevo ser así y su deseo le fue también concedido. Al poco tiempo se cercioró de que debido a su condición se había creado muchos enemigos y sintió miedo.

Cuando vio cómo un feroz samurai resolvía las divergencias con sus enemigos, pensó que el manejo magistral de un arte de combate le garantizaría la paz y la indestructibilidad. Así que quiso convertirse en un respetado samurai y así fue.

Sin embargo, aún siendo un temido guerrero, sus enemigos habían aumentado en número y peligrosidad. Un día se sorprendió mirando al sol desde la seguridad de la ventana de su casa y pensó: «él si que es superior, ya que nadie puede hacerle daño y siempre está por encima de todas las cosas. ¡ Quiero ser el sol !».

Cuando logró su propósito, tuvo la mala suerte de que una nube se interpuso en su camino entorpeciendo su visión y pensó que la nube era realmente poderosa y así era como realmente le gustaría ser.

Así, se convirtió en nube, pero al ver cómo el viento le arrastraba con su fuerza, la desilusión fue insoportable. Entonces decidió que quería ser viento. Cuando fue viento, observó que aunque soplaba con gran fuerza a una roca, ésta no se movía y pensó: ¡ ella sí que es realmente fuerte: quiero ser una roca ! Al convertirse en roca se sintió invencible porque creía que no existía nada más fuerte que él en todo el universo.

Pero cuál fue su sorpresa al ver que apareció un picador de piedra que tallaba la roca y empezaba a darle la forma que quería pese a su contraria voluntad. Esto le hizo reflexionar y le llevó a pensar que, en definitiva, su condición inicial no era tan mala y que deseaba de nuevo volver a ser el picador de piedra que era en un principio.

 

Tomado de http://www.galeon.com/jgarcia

HUELLAS LITERARIAS

octubre 26, 2007

Huellas literarias es una sección mensual que nos presenta un autor distinto con sus principales obras, para esta ocasión hemos invitado a la poetisa colombiana Maria Mercedes Carranza

MARIA MERCEDES CARRANZA (Bogotá, 1945-2003). Poetisa y periodista colombiana.

Maria Mercedes Carranza

En su infancia vivió varios años en Madrid, donde su padre, el poeta Eduardo Carranza, era agregado cultural de la Embajada colombiana.

Estudió Filosofía y Letras en las universidades de los Andes y Madrid. Como periodista trabajó en los periódicos EL SIGLO y EL PUEBLO, dirigiendo las páginas literarias Vanguardia y Estravagario, respectivamente. Fue jefe de redacción de NUEVA FRONTERA.

Desde 1986 dirigió la Casa de poesía Silva en Bogotá.

Maldición

Te perseguiré por los siglos de los siglos.

No dejaré piedra sin remover

Ni mis ojos horizonte sin mirar.

Donde quiera que mi voz hable

Llegaré sin perdón a tu oído

Y mis pasos estarán siempre

Dentro del laberinto que tracen los tuyos.

Se sucederán millones de amaneceres y de ocasos,

Resucitaran los muertos y volverán a morir

Y allí donde tú estás:

Polvo, luna, nada, te he de encontrar.

 

Octubre de 2007

Elegía

Caminaba mirando el cielo
y me fui de narices.
A hora echo sangre por todas partes:
l as rodillas, el aire, los recuerdos:
mi falda se desgarró
y perdí los aretes, la razón.

¿No hay en el alma
una manera otra
de vivir un desamor?

Sobran las palabras

Por traidora decidí hoy,
martes 24 de junio,
asesinar algunas palabras.
Amistad queda condenada
a la hoguera, por hereje;
la horca conviene
a Amor por ilegible;
no estaría mal el garrote vil,
por apóstata, para Solidaridad;
la guillotina como el rayo,
debe fulminar a Fraternidad;
Libertad morirá
lentamente y con dolor;
la tortura es su destino;
Igualdad merece la horca
por ser prostituta
del peor burdel;
Esperanza ha muerto ya;
Fe padecerá la cámara de gas;
el suplicio de Tántalo, por inhumana,
se lo dejo a la palabra Dios.
Fusilaré sin piedad a Civilización
por su barbarie;
cicuta beberá Felicidad.
Queda la palabra Yo. Para esa,
por triste, por su atroz soledad,
decreto la peor de las penas:
vivirá conmigo hasta
el final.

Plan Lector Cuarto Bimestre

octubre 3, 2007

El área de Lengua Castellana y la Biblioteca han seleccionado los textos que trabajaremos este bimestre en el Plan Lector. En torno a estos libros se realizará una serie de actividades en los diferentes grados con el fin de potenciar la comprensión lectora y de mejorar la producción textual de los estudiantes.

A continuación les presentamos la selección de los textos por grados:

Grado

Texto

Autor

Editorial

Séptimo

Cuentos basados en el teatro de Shakespeare

Charles y Mary Lamb

Panamericana

Octavo

Elegirán el texto de forma individual con asesoría del profesor

Noveno

Cien años de soledad

Gabriel García Márquez

Alfaguara

Décimo

¿Dónde está la franja amarilla?

William Ospina

Norma

Undécimo

Diario de Adán. Diario de Eva

Mark Twain

Norma

Agradecemos la diligencia de ustedes en la adquisición del libro. Recuerden que en octubre hay una semana de vacaciones en la que los estudiantes pueden dedicar un momento a la lectura. Invite a su hijo para que haga del libro un compañero de viaje.

Atentamente,

Maria Cristina Zuluaga Velásquez Nidia Londoño Echeverry

Coordinadora de Lengua Castellana Rectora

Bolas en el aire

septiembre 5, 2007

         Luis Bernardo Yepes

Existía un país donde nunca nevaba. Allí un malabarista enseñaba en los parques malabares con tres bolas de colores. En los ratos libres lanzaba al aire las bolas. Una vez las elevó tan alto que mientras caían tuvo tiempo de aplaudir.

Después las lanzó aún más alto, hasta tuvo tiempo de comerse un helado triple de banana. Luego las lanzó a una altura tal que hasta alcanzó a jugar rayuela con unos niños que observaban el espectáculo. En una ocasión las lanzó y logró jugar un partido de fútbol antes de que regresaran a sus manos. Su equipo ganó por tres goles a uno.

Deben saber que esto lo hacía muy feliz. Cierto día las lanzó y no regresaron. Se metieron por un hueco del cielo mientras él esperaba confiado. Al principio estuvo feliz porque creyó que había batido un récord mundial y de seguro lo inscribirían en un libro de los récords, pero los días pasaron y las bolas no regresaban a sus manos. Se llenó entonces de tristeza.

Día y noche estuvo sentado en una banca del parque principal mirando el cielo, de las mejillas le resbalaban lágrimas como carámbanos de hielo. Deben saber que esto lo hizo muy infeliz. El país donde nunca nevaba se quedó sin malabarista. La gente, en sus ratos libres, lo ayudaba a mirar el cielo, pero nada, las bolas anidaron allá, en el lejano azul.

Cada día, mayor cantidad de personas observaban el cielo. Cualquier día todos en ese país caminaron mirando hacia arriba. Las señales callejeras y los avisos de los almacenes fueron ubicados de tal manera que la gente los podía apreciar mientras miraba hacia el cielo. Los vehículos se fueron oxidando porque nadie los utilizaba, la gente prefería caminar para así apreciar el cielo. Las niñas y niños comenzaron a nacer con la cabeza levantada mirando el cielo. La gente ya no se miraba a los ojos para conversar, miraba el cielo.

Las personas en ese país desarrollaron la extraña capacidad de andar por ahí sin usar los ojos. Se acostumbraron a estudiar, amar y trabajar mirando el cielo. El soberano organizó la nación de tal manera que se pudo vivir allí mirando el cielo.

El malabarista, viejo ya, seguía mirando hacia arriba esperanzado. Deben saber que era un hombre paciente. ¡Un día cualquiera nevó! Con la nieve cayeron tres bolas blancas en las manos del viejo malabarista. Sonrió, brincó, gritó para comunicar el descenso de las bolas, blancas ya. Nadie le hizo caso, a nadie le importó. Ya todos habían olvidado la razón por la cual miraban el cielo. Sólo el viejo malabarista supo porque lo había hecho durante tanto tiempo. Movió su cabeza hacia todos los lados y a partir de ese día decidió que no miraría más en una sola dirección.

Al cabo de los años se hizo soberano. Gobernó de manera diferente a la de sus antecesores y revolucionó el país con un estilo de vida donde la gente miraba en todas las direcciones. Deben saber que su pueblo lo amó y lo declaró sabio, y que el país donde nunca había nevado es hoy, el país más próspero, feliz y hermoso del planeta. Además, el récord se encuentra en el libro de los récords más famosos del mundo y las bolas en el museo real.

Cuento Viajero Agosto

agosto 2, 2007

Los secretos del abuelo Sapo

secretos-sapo.jpg.

Autora: Keiko Kasza

NORMA

Un día el abuelo Sapo y Sapito salieron a caminar por el bosque.

– Sabes, sapito _ dijo Abuelo-, nuestro mundo está lleno de enemigos hambrientos.

– ¿Cómo nos podemos proteger, Abuelo? – preguntó Sapito.

– Bueno – declaró Abuelo-, voy a compartir mis secretos contigo. Mi primer secreto es ser valiente. Debes ser valiente al enfrentarte con un enemigo peligroso.

En ese preciso momento apareció una culebra.

– Hola, sapos – siseó la culebra-. ¡Me los voy a comer de almuerzo!

Sapito dio un alarido y corrió a esconderse. Pero ¿Abuelo estaba asustado?

¡Ni un poquito! – ¡Cómeme si puedes! –gritó ferozmente Abuelo-. Pero puedo ser más grande de lo que tú puedas tragar.

Abuelo tomó aire y se hizo cada vez más y más grande.

-Pues…tal vez otro día – murmuró la culebra y se fue lentamente.

Sapito saltó de los arbustos.

– ¡Oh, Abuelo! – gritó-. ¡Fuiste tan valiente! ¡Estuviste tan maravilloso!

Abuelo Sapo sonrió lleno de alegría.

-Gracias- le dijo-. Pero algunos enemigos son demasiado grandes como para espantarlos. Mi segundo secreto es ser astuto. Debes ser astuto al enfrentarte con un enemigo peligroso.

En ese preciso momento apareció una gran tortuga voraz.

-Hola, sapos- chasqueó la tortuga-.

¡Me los voy a comer de un bocado! ¡Chas, chas!

Sapito dio un alarido y corrió a esconderse.

Pero, ¿Abuelo estaba asustado?

¡Ni un poquito!

¿Un bocado? –preguntó Abuelo-. ¿No prefieres un banquete.

– Claro que sí –respondió la tortuga.

-Hace poco una apetitosa culebra pasó por acá. Si te apresuras la puedes atrapar. Gracias por el consejo –dijo la tortuga y se fue rápidamente a cazar a la culebra.

Sapito saltó de los arbustos.

¡Oh, Abuelo! –gritó-. ¡Fuiste tan astuto! ¡Estuviste tan maravilloso! Abuelo Sapo sonrió lleno de alegría.

-Gracias –le dijo-. Ahora, el tercer y último secreto.

Pero antes de que pudiera decir otra palabra…

Un enorme monstruo apareció.

-Hola, sapos – rugió el monstruo-. ¡Me los voy a comer sólo por diversión!

Sapito dio un alarido y corrió a esconderse. Pero ¿Abuelo estaba asustado?

¡Sí! ¡Estaba asustado! Nunca en su vida había visto una criatura más espantosa.

Intentó escapar, pero el monstruo lo atrapó.

Sapito estaba escondido entre los arbustos temblando de miedo.

Pero recordó los secretos de su abuelo:

¡Ser valiente y astuto!

¡Ser valiente y astuto!

Vio unas bayas silvestres y decidió rápidamente lo que debía hacer.

Sapito le lanzó las bayas al monstruo. Se reventaron y le dejaron manchas rojas en las patas. El monstruo ni siquiera se dio cuenta.

¡Estaba muy ocupado convirtiendo a Abuelo en un sándwich de sapo!

Sapito salió de los arbustos con gran valentía.

-¡Abuelo! –gritó-. ¡Deja ir al monstruo!

– ¿Qué? –dijo el monstruo.

-¿Qué? –gritó Abuelo.

-Abuelo –dijo Sapito-, no es muy amable de tu parte andar por ahí envenenando monstruos. Tu veneno ya le está subiendo por las patas.

Pronto tendrá manchas por toda la cola y luego morirá.

¿No te da vergüenza, Abuelo?

El monstruo se miro las patas.

-¡Socorro! ¡Socorro! ¡Estos sapos malvados me están envenenando!

El monstruo corrió tan rápido como pudo. Abuelo y Sapito se abrazaron.

-¡Huy! –suspiró Abuelo-. Estuve cerca.

-Sí- dijo Sapito.

-Bueno- dijo finalmente Abuelo-, pero aún no has escuchado mi tercer secreto.

-¿Cuál es? –preguntó Sapito.

-Mi tercer secreto es éste –declaró Abuelo-: En caso de emergencia, estar seguro de tener un amigo con quien contar.

Sapito, fuiste tan valiente. Fuiste tan astuto.

¡Estuviste tan maravilloso!

Ahora fue Sapito quien sonrió lleno de alegría.