LA BONITA ZANAHORIA JUGOSA

En el terreno que había detrás de la granja, vivían tres burros grises. Se llamaban Neddy, Biddy y Hee-Haw. A veces, el granjero enlazaba a uno de ellos a un pequeño carruaje, y su hija menor salía a dar un paseo. Pero, por lo general, los burros no tenían mucho que hacer y discutían muy a menudo.

Un día, Neddy encontró una zanahoria grande y jugosa en la cuneta, y se emocionó en gran manera. De hecho se emocionó tanto, que en lugar de guardar el secreto y comérsela hasta no dejar nada alzó la cuneta tanto que gritó:

¡Hiiihaaaaaaa! Hiiihaaaaaaa! Hiiihaaaaaaa!

Bueno, por supuesto, los otros dos burros fueron a ver que sucedía, y también ellos vieron la bonita zanahoria jugosa. Y quisieron comérsela.

Pero Neddy interpuso su cuerpo pequeño, grueso y dijo:

— No, La zanahoria es mía. Biddy intentó arrastrar la zanahoria mientras repetía: — ¡La zanahoria es mía! — – gritó

¡Yo soy el que tiene más hambre aquí, así que es mía! — dijo Hee-Haw, y trató de apartar a los otros de un empujón.

Entonces, Neddy se dio cuenta de que no iban permitirle comérsela en paz, y se ocurrió un plan para decidir que burro debía quedarse con la zanahoria. — veamos quien puede rebuznar mas fuerte propuso.

Así que comenzaron, el primero que rebuznó fue Neddy.

¡Hiiihaaaaaaa! Hiiihaaaaaaa! Hiiihaaaaaaa! – gritó, y un pequeño conejo color arena por allí cerca, quedó tan sorprendido de aquel fuerte ruido, Luego rebuznó Biddy.

¡Hiiihaaaaaaa! Hiiihaaaaaaa! Hiiihaaaaaaa!—— y el conejillo que lo observaba pensó que era un ruido muy desagradable.

A continuación rebuznó Hee Haw.

¡Hiiihaaaaaaa! Hiiihaaaaaaa! Hiiihaaaaaaa! Rugió Hee Haw y, cielos, su voz era tan fuerte que un puercoespín que pasaba por allí cerca se llevó un susto de muerte y se enroscó hasta quedar hecho una bola.

El conejo que los escuchaba pensó que tenían una voz horrible. Y entonces el conejo vio la bonita zanahoria jugosa que estaba en la cuneta. ¡oh no!, ¡Como se agitó en su naricilla cuando la vio!

Se escabullo de su escondite, y los tres burros lo vieron.

——- ¡miren! Allí hay un conejo—- gritó Hee Haw–, el nos dirá quién ha rebuznado con mas fuerza. ¡Entonces sabremos quien se lleva la zanahoria!

Así que llamaron al conejo para que hiciera de juez de concurso. Pero el conejo era muy astuto. No quería que ninguno de los burros se comiera la zanahoria. Así que miró y sacudió la cabeza.

—-No había mucha diferencia entre sus rebuznos – dijo — ¿Por qué no corren una carrera? Entonces podré saber con facilidad quien debe quedarse con la zanahoria.

—- es una buena idea —dijeron los burros—-. ¿Hasta dónde deberíamos correr, conejo?—

Bueno, den la vuelta completa al terreno y regresen hasta donde yo estoy sentado

—respondió el astuto conejo——– ¿preparados? ¡Uno, dos, tres! ¡Ya!

Y ya salieron los burros, a toda velocidad. Dieron una vuelta al terreno corriendo a todo galope, para gran sorpresa de la esposa del granjero jadeaban y bufaban, alzando las patas con muy buen estilo, cada uno intentando adelantarse a los otros.

Todos llegaron al punto de partida en el mismo momento. Pero cada uno de ellos pensó que había ganado.

—- ¡He ganado yo! —- dijo Neddy

—- ¡No yo soy el primero! — rebuznó Biddy

—- ¡La zanahoria es mía! — rugió Hee Haw

Al final decidieron preguntarle al conejo quien había ganado así que llamaron al conejo… pero nadie les respondió. Volvieron a llamarlo, y continuaron sin tener respuesta. Buscaron la zanahoria y había desaparecido.

Tomado de:

Blyton, Enid

Los mejores cuentos para cinco años. Enid Blyton/ Barcelona: Ediciones del Bronce, 1999. p. 89-94.

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